lunes, 19 de agosto de 2013

Sobresalto







Percibo entre sombras tu silueta
y por un instante fugaz 
la muerte se apodera de la vida,
se detiene el reloj del pensamiento.

Se sacude el alma,
y el corazón,
incauto, permite
a la sangre seguir en movimiento.

Doblegada,
por la quimera de un recuerdo,
se extiende el veneno
del pasado enrarecido.

No soy yo, sino tu ausencia
quien reside en este cuerpo maldito.


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