Como el viento,
que empuja vigoroso
la ola
para lamerle los pies
a la costa abrupta,
así me arremolino yo
para llegar a ti.
Respiro
el aroma de tu recuerdo
enredada
en la nostalgia
de amaneceres tibios
donde un rayo de esperanza
iluminaba nuestros juegos.
Te espero cada noche,
una palabra de tus labios
es el fuelle
que alimenta el fuego
de un alma vacía.
Hierve la mente
especulando,
que sería de mí sino
sin el surco que traza
tu firme arado
en mi seco arenal.
Acompañas mi futuro
como acompaña
cada mañana
el lucero del amanecer
a la luna
que languidece.
Acompañas mi futuro
como acompaña
cada mañana
el lucero del amanecer
a la luna
que languidece.
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