Esperarte es salado y huele a mar,
me hace sentir sirena.
Sola, notándome
mitad mujer, mitad ausencia,
juego con los peces de la orilla
a soñar que ya has llegado.
Imagino delicadas bienvenidas, y
de dorada madrugada me perfumo.
La pasión de nuestras bocas me estremece,
tiemblo de amor, tiemblo de ti,
como las plumas del águila altanera.
Fiel Penélope, espero en la ventana,
sintiéndome faro que alumbra tu camino,
y voy tejiendo, con helechos de la fuente,
un manto que esta noche ha de cubrir
el frenesí de nuestros cuerpos desnudos.
Imagen de la red
hermosooo... delicado siempre tus versos, me encanta leerte! chocobesos te envio!
ResponderEliminarMuchas gracias Ady. Un fuerte abrazo
Eliminar!aaahhhhh¡ !que bonito¡
ResponderEliminarMuchas gracias La Luz. Saludos
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