Vas a llegar cansado,
lo presiento.
Oigo tus pasos
y todo se acelera.
Sonríes y vamos
a la cocina,
junto a la nevera,
al rincón de los besos.
Nos envuelve la magia
de miradas infinitas
y al acabar tu pesada carga,
empieza la dicha.
Risa fresca
recorre la casa.
Hasta los gatos
maullan de alegría.
Miles de flores
brotan a mi paso
porque me esperan
tus brazos abiertos.
Vibran los vasos,
tiemblan las ollas,
el universo entero
se estremece.
Tu boca me reclama,
mi corazón se agita.
Nuestros cuerpos se hacen uno,
en el rincón de los besos.
Bendita poesía, que aviva el fuego hasta en los corazones agotados.
ResponderEliminarBuen poema, precioso tema.
Las influencias positivas de las personas buenas hacen milagros. Gracias por tu comentario.
EliminarUn abrazo
la poesía, transforma esas fantasías en momentos inolvidables!
ResponderEliminarGracias Sandra O. Saludos
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